martes, 31 de enero de 2006

Soy feliz

Anoche volví a ver Charlie y la fábrica de chocolate. Y hoy la vida tiene otro color...

miércoles, 25 de enero de 2006

La Caída

Cuando el año pasado se estrenó La Caída, surgió una polémica acerca de si la peli "humanizaba", es decir, mostraba algo así como el lado tierno de Hitler.E incluso se dijo que el film buscaba que tuviéramos lástima del Führer a quien se lo ve afectado por el mal de Parkinson y absolutamente paranóico.
Creo que cualquiera, por más hijo de puta que sea, tiene una debilidad. Según La caída, la debilidad de Hitler era su ovejero alemán. También se mostraba cariñoso con los niños Goebbles.
El film se ocupa de mostrar el deterioro del Führer y no le tiene la mínima piedad. Tampoco tiene piedad con los espectadores, porque nos toca ver algunas escenas casi imposibles de tolerar. Cuando hacia el final, el derrumbe de Hitler es inevitable, nos toca ser testigos de la insania que domina a sus fanáticos seguidores. Hay una situación clave para entender a qué me refiero cuando digo que la película es cruel con los espectadores: Aquella en que los Goebbles deciden matar a sus hijos "porque sin nacionalsocialismo no hay futuro". Lo más perturbador es que, además de decidirlo, nos muestran cómo les dieron muerte.

Es probable que La caída haya llegado para intentar saldar la deuda que el cine alemán tenía con su propia historia, pero también es una manera de exponer su culpa, especialmente en los personajes de la joven secretaria y el médico que se niega a los suicidios colectivos. La secretaria peca de ingenua, como para que le tengamos compasión por su ignorancia. Pero -como quien fuera la verdadera secretaria ha declarado en el documental "La secretaria de Hitler"- "ser joven no es una excusa".

La actuación de Bruno Ganz es, sencillamente, MAGISTRAL. Aparece en escena y a mi se me ponen los pelos de punta. Tiene presencia, tiene carácter. Avejentado, paranóico, parkinsoniano, patético y todo, el tipo mete miedo. Y no deja el mínimo espacio para contradecirlo. El agravante del caso es recordar que hubo gente (millones de personas) que creyeron ciegamente en él y en su "causa", que lo apoyaron, lo siguieron hasta último momento y que, cuando vislumbraron su caída, prefirieron morir a vivir sin él.
Pero, claro, eso ya no es terreno de este blog.

Sobre La joya de la familia

OK. Reconozco que mi gusto cinematográfico a veces no coincide con lo popular. No es por hacerme la snob, pero de verdad disfruto de ciclos cinematográficos de países remotos a los que suelo concurrir sin compañía. Esto viene a colación porque, aunque mis amigos no quieran ir conmigo a ver una peli tailandesa, yo me siento obligada a ver cuanto bodrio yanqui se estrene. "Si a vos te gusta cualquier cosa” dicen. (Ejem…que esta frase no se malinterprete, por favor) Me tocó ver La joya de la familia. Y ni ganas de recomendarla tengo, porque se trata de una historia sin pies ni cabeza. Contundente ¿no?
Cuando empecé a verla le puse un par de fichas; arranca bastante bien, como una tranquila comedia familiar, con cierta (no demasiada) originalidad, pero todo se desmorona desde que la meten a Claire Danes a los ponchazos. No por ella, que está divina, sino porque su incursión es totalmente forzada e injustificada. Y después se alternan algunos gags patéticos con situaciones dramáticas poco serias (ver la cicatriz de Diane Keaton no era necesario) y cuyo desenlace es tan poco creíble como ridículo (por Dios! cómo pueden aceptar ese intercambio de parejas con tanta liviandad!!!!).
Sólo puedo rescatar un buen elenco, con la Keaton y Sarah Jessica Parker a la cabeza, quien compone un personaje jugadísimo lejos de su Carrie en Sex & the city.

Digamos que todos cumplen dignamente con su trabajo, aunque no tenga mucho sentido y este sea un caso perdido. UFF! Estoy enojada. ¿Se nota?

La mente en blanco

Este año, como pocas veces, me desprendí de todo. No es que me haya tomado 15 días en el Caribe...ni siquiera me fui a Chascomús. Pero mi despegue fue total. Sin ganas de escribir (algo rarísimo en mí); con ganas de ir al cine pero buscando por todos lados un mínimo de voluntad que me incentive.

Prometo que hoy escribo. Vi algunas pelis estos días. De esas que me debía: Una fue La Caída, film que -gracias a Dios- no me animé a ver en cine. No sé si lo hubiera soportado.Durísima.

El otro fue Closer, llevados por el deseo. Y mirá que me habían dicho que era malísima. Pero rescaté un par de comentarios de gente que la adoraba. Y yo adoro a Jude Law. Y me encanta Julia Roberts. Y Natalie Portman es una divina. Y me dije: "la tengo que ver". Y la vi.
Pero no la recomiendo para nada.

jueves, 12 de enero de 2006

Las muñecas rusas

El lunes a la tarde, con 41° de temperatura, la idea era visitar lugares con aire acondicionado y enfilé derechito para el cine. Tenía ganas de ver Las muñecas rusas, secuela de Piso Compartido, un simpático filme del año 2002 que me había encantado sólo porque yo quería vivir esa vida: compartir un espacio con gente de otras culturas, viajar por Europa, pasarla bárbaro... Piso compartido, no es una GRAN película, pero es muy original y tiene un encanto mayúsculo. De a ratos se convierte en una mezcla de acentos, idiomas y costumbres, hecho que para algunos puede resultar molesto, pero que a mí me resulta muy atractivo.
En este nuevo filme de Cédric Kaplisch nuestros personajes crecieron, hicieron lo que pudieron con sus vidas, se dispersaron, pero siguen siendo amigos que es lo que importa. Las muñecas rusas trata sobre la crisis de los 30 años (edad que estoy pronta a cumplir, ¡Dios mío!), sobre la búsqueda del verdadero amor y el sentido de la propia existencia. Imposible no sentirme identificada con Xavier, que es quien sostiene la historia. El universo de Xavier tiene bastante de romanticismo femenino, sus inseguridades, sus dudas, sus sueños, son muy similares a los míos. O tal vez en el fondo, hombres y mujeres, nos parecemos más de lo que creemos...
Sin embargo, no todas son rosas: la peli es un poco larga, se extiende; se diluye por momentos hasta resurgir -de una forma genial- en el último tramo. Los paisajes de Europa son increíbles (Moscú, París, Londres, San Petersburgo); algunos diálogos, excelentes (y muy divertidos); los personajes resultan tan queribles como creíbles y yo salí del cine con la sensación de haber pasado un grato momento (no sólo por el aire acondicionado)

martes, 3 de enero de 2006

Como si fuera cierto




La última peli estrenada en el 2005 fue Como si fuera cierto. Su único atractivo, para mí, residía en que estaba protagonizada por Mark Ruffalo, actor que forma parte de mi lista de bombones intocables. Pero resulta que también está Reese Witherspoon, que nada tiene de rubia tonta y desparrama su carisma por toda la pantalla. La historia es una especie de cuento de hadas donde el príncipe rescata a su amada de la tristeza. Bueno, eso es un decir, porque Elizabeth está en coma y su espíritu se le aparece a David en el departamento que él alquiló para emoborracharse tranquilo mientras recuerda a su esposa fallecida (porque hasta en una comedia romántica, el bomboncito compone un personaje atribulado). A partir de este extraño encuentro, David y Elizabeth -como en toda comedia romántica que se precia de tal- descubrirán que son almas opuestas, se odiarán al comienzo y transitarán un camino lleno de obstáculos hasta llegar al final feliz. Con excelente música de fondo, un interesante reparto secundario (el "parapsícologo" fue el personaje más aplaudido en el cine) y la buena química de nuestros protagonistas, Como si fuera cierto es una peli simpatiquísima para pasar un lindo rato y suspirar enamorados.




Increíble, pero cierto, hemos estrenado el año 2006. Las últimas semanas del 2005, en medio de brindis y despedidas diversas, estuve alejada de este blog y de los cines también. Tampoco hubo demasiados estrenos tentadores (todavía no vi King Kong y cada vez tengo menos voluntad!) pero el próximo jueves se viene con todo. Además, al adelantarse las nominaciones para los premios Oscar, también se adelantará la llegada de las elegidas. Solían llegar a fines de febrero o principios de marzo, pero la cartelera será invadida un mes antes. Por lo pronto, este jueves se viene -finalmente- Las crónicas de Narnia. Demasiados tanques compitiendo, me parece. Pero, para los amantes del cine europeo, llegan la belga El hijo y la francesa Las muñecas rusas, que probablemente no se estrenen en las grandes cadenas cinematográficas.