sábado, 19 de mayo de 2007

El otro


Ver una película como El otro invita a dejar de lado las ganas de ver una de tiros, bajar un cambio y dedicarse a mirar. El otro es una película intimista, de esas que tienen pocos diálogos y silencios que parecen interminables. ¿A quién no le gustaría por un rato escaparse y jugar por un ratito a ser otro? Usar otro nombre, tener otra profesión, conquistar a otra persona. Todo eso es lo que hace Juan, abogado, 46 años, recién enterado de su futura paternidad, mientras tiene que lidiar con su padre que ya está muy mayor.


No sabemos mucho más de Juan y tal vez no sea necesario; no debe ser fácil decir cosas sin decir una palabra. Y Julio Chávez lo hizo. Es gracioso ver cómo a lo largo del film los ancianos se le cruzan en su camino, como si todo el tiempo le recordaran que esa nueva vida a la que está jugando no le pertenece, que tiene que volver a ser quien es en realidad: Juan, abogado, 46 años, a punto de ser padre. Una peli simple, cuidada, interesante. Pero, eso sí, si lo tuyo es Bruce Willis o Spiderman, mejor rumbeá para otro lado.

jueves, 17 de mayo de 2007

Casi casi que abandono el barco. O lo abandoné, pero volví y espero que sea para quedarme.
Estuve un tiempo sin máquina, otro tiempo con problemitas personales aún no resueltos y otro tiempo, sin tiempo.

Vi poco: me enganché con Prison Break. Mal. Pero no me cuenten nada porque recién arranco con la segunda temporada. Vi algunas películas en el BAFICI (allá lejos y hace tiempo) y otras películas por la cartelera. Pero ninguna que me haya quitado el aliento.

¿Algo para recomendar? Escucho ofertas.

Y ya les voy a ir contando. Gracias por la paciencia.