miércoles, 25 de enero de 2006

La Caída

Cuando el año pasado se estrenó La Caída, surgió una polémica acerca de si la peli "humanizaba", es decir, mostraba algo así como el lado tierno de Hitler.E incluso se dijo que el film buscaba que tuviéramos lástima del Führer a quien se lo ve afectado por el mal de Parkinson y absolutamente paranóico.
Creo que cualquiera, por más hijo de puta que sea, tiene una debilidad. Según La caída, la debilidad de Hitler era su ovejero alemán. También se mostraba cariñoso con los niños Goebbles.
El film se ocupa de mostrar el deterioro del Führer y no le tiene la mínima piedad. Tampoco tiene piedad con los espectadores, porque nos toca ver algunas escenas casi imposibles de tolerar. Cuando hacia el final, el derrumbe de Hitler es inevitable, nos toca ser testigos de la insania que domina a sus fanáticos seguidores. Hay una situación clave para entender a qué me refiero cuando digo que la película es cruel con los espectadores: Aquella en que los Goebbles deciden matar a sus hijos "porque sin nacionalsocialismo no hay futuro". Lo más perturbador es que, además de decidirlo, nos muestran cómo les dieron muerte.

Es probable que La caída haya llegado para intentar saldar la deuda que el cine alemán tenía con su propia historia, pero también es una manera de exponer su culpa, especialmente en los personajes de la joven secretaria y el médico que se niega a los suicidios colectivos. La secretaria peca de ingenua, como para que le tengamos compasión por su ignorancia. Pero -como quien fuera la verdadera secretaria ha declarado en el documental "La secretaria de Hitler"- "ser joven no es una excusa".

La actuación de Bruno Ganz es, sencillamente, MAGISTRAL. Aparece en escena y a mi se me ponen los pelos de punta. Tiene presencia, tiene carácter. Avejentado, paranóico, parkinsoniano, patético y todo, el tipo mete miedo. Y no deja el mínimo espacio para contradecirlo. El agravante del caso es recordar que hubo gente (millones de personas) que creyeron ciegamente en él y en su "causa", que lo apoyaron, lo siguieron hasta último momento y que, cuando vislumbraron su caída, prefirieron morir a vivir sin él.
Pero, claro, eso ya no es terreno de este blog.