miércoles, 5 de abril de 2006

El Método

Es un hecho: cuando el libro es muy bueno, la película tendrá muchas posibilidades de ser un fastidio. Como en toda regla, hay excepciones, of course. Algo similar ocurre cuando se trata de la adaptación de una excelente obra de teatro como es El método Gronhölm.Una obra que disfruté muchísimo, sobre todo gracias a la magistral actuación de Jorge Suárez: OK: no estará tan bueno como Echarri (ni siquiera está bueno, en realidad) pero, les aseguro, que le pasa el trapo y le saca lustre.
Y...las comparaciones son inevitables, lo sabemos. Al último filme del taquillero Marcelo Piñeyro le falta todo lo que le sobra a la obra: humor, acidez, ironías y sobre todo, los climas. En El método cada movimiento, cada paso, cada gesto está medido, cronometrado; lo que transforma a la película en algo artificial, aburrido, carente de tensiones. Mientras que la obra va crescendo, sin respiro; el filme empieza bien, pero cae en picada a partir de una secuencia de transición absolutamente prescindible. ¿Alguien puede explicarme la necesidad de la escena del baño? (la de la masturbación con primer plano incluído). Muchas veces pienso que cuando un director no sabe cómo seguir, mete una escenita de sexo para distraer (¿o atraer?) la atención... total, si estamos ahí es porque ya pagamos la entrada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido con vos .. vi la obra y la peli.
Realmente la pelicula me parecio muy mala y muchas veces no entiendo porque a la gente le gusta tanto. No encuentro cosas interesantes y ni hablar del final, que si o si me toca compararlo con el de la obra de teatro. DEJA MUCHO QUE DESEAR !

En fin ... tranquilamente podria ser una pelicula mas, pero le hicieron tanta publicidad...sic sic

Anónimo dijo...

Keep up the good work » » »