jueves, 8 de junio de 2006

COSAS SUELTAS

Estoy intentando encontrar el tiempo para darle bola a este blog.Aunque no sea un blog super visitado, no está bueno tenerlo tan descuidado. Pero ya me estoy organizando. De a poco, muy lento.

Imposible no hablar de El Código Da Vinci. Sus eternos 149 minutos fueron de los más soporíferos que vi en los últimos meses. La peli se pasa en explicaciones innecesarias, se hace larga, densa y sus protagonistas no ayudan demasiado.

Tom Hanks está durito. El personaje "mente brillante" no le queda bien. Se lo nota incómodo. Y Amelié, tampoco se luce demasiado. Pobre Audrey Tatou...quedó pegadísima con ese personaje; tendrán que operarla de Amelié.

El código se queda corta como película de suspenso. Incluso para los que no leyeron la novela. Ron Howard demostró que es un director tibio, que no se arriesga. La novela se comió al director: el tipo le tuvo miedo. Miedo a la historia, miedo a los fanáticos. Por ese miedo a no decepcionar, a no salirse del libreto, a hacer todo prolijito, le salió un film que es un embole de principio a fin.

¿Y la polémica con la IGlesia???? Con ese tema mejor no me meto. Me parece que no tiene sentido. Es inventar para darle más publicidad. Es ver fantasmas donde no los hay.

El punto a favor es el final. Está mejor resuelto que en el libro. Como que cierra mejor la historia. Y algo es algo, diría mi madre. Claro que para llegar ahí tenés que padecer durante dos horas y media. Bueno...todo no se puede.