¿Cómo se revive un blog después de casi dos años? No tengo la respuesta, pero lo voy a intentar.
Siempre fui inconstante. Tengo una larga lista de cosas inconclusas, desde dietas hasta carreras universitarias. Soy de las que cuando desaparece el furor de lo novedoso o cuando los resultados obtenidos no son los imaginados (ni hablar de los deseados), abandona y se embarca en otra cosa. Pero así como me voy, siempre vuelvo. A la dieta, a los libros…a este blog.
Desde chica, escribir fue mi refugio. Hablo todo el tiempo, pero las cosas importantes suelo escribirlas. Escribir es terapéutico. Es necesario. Es lo que me define como persona.
Pero un día, escribir fue también mi trabajo. Y ese trabajo dejó de lado la parte placentera de sentarme frente a una hoja en blanco y esperar que las palabras aparecieran en mi cabeza, se acomodaran, crearan algo que tuviera algún sentido. Fuera bueno, mediocre o pésimo. Algo en lo que yo creyera.
Cuando empecé con este blog, la idea era escribir cada día sobre una película o algún tema relacionado con el cine. No soy crítica. Tal vez tengo algunas herramientas como periodista y otras tantas que encontré mientras estudiaba la Licenciatura en Artes en la UBA, carrera que por supuesto nunca terminé.
No soy crítica, pero amo el cine y tengo una mirada lo suficientemente amplia como para emocionarme con una película plagada de silencios como Las Acacias o disfrutar de la última Misión Imposible. No soy crítica, pero en mi Top Five de películas favoritas conviven Los 400 golpes de Truffaut; Antes del atardecer de Linklater o El mismo amor, la misma lluvia de Campanella.
No sé muy bien con qué me sorprenderá esta nueva etapa, pero imagino que escribiré sobre otros temas, no necesariamente cinéfilos. Aunque debo reconocer que cada momento de mi vida yo lo imagino como una escena cinematográfica. Siempre. Todavía me falta llegar a la parte en que todo se acomoda y a la protagonista le empieza a ir bien en la vida. Pero esa es otra historia.
Acá estamos.
Siempre fui inconstante. Tengo una larga lista de cosas inconclusas, desde dietas hasta carreras universitarias. Soy de las que cuando desaparece el furor de lo novedoso o cuando los resultados obtenidos no son los imaginados (ni hablar de los deseados), abandona y se embarca en otra cosa. Pero así como me voy, siempre vuelvo. A la dieta, a los libros…a este blog.
Desde chica, escribir fue mi refugio. Hablo todo el tiempo, pero las cosas importantes suelo escribirlas. Escribir es terapéutico. Es necesario. Es lo que me define como persona.
Pero un día, escribir fue también mi trabajo. Y ese trabajo dejó de lado la parte placentera de sentarme frente a una hoja en blanco y esperar que las palabras aparecieran en mi cabeza, se acomodaran, crearan algo que tuviera algún sentido. Fuera bueno, mediocre o pésimo. Algo en lo que yo creyera.
Cuando empecé con este blog, la idea era escribir cada día sobre una película o algún tema relacionado con el cine. No soy crítica. Tal vez tengo algunas herramientas como periodista y otras tantas que encontré mientras estudiaba la Licenciatura en Artes en la UBA, carrera que por supuesto nunca terminé.
No soy crítica, pero amo el cine y tengo una mirada lo suficientemente amplia como para emocionarme con una película plagada de silencios como Las Acacias o disfrutar de la última Misión Imposible. No soy crítica, pero en mi Top Five de películas favoritas conviven Los 400 golpes de Truffaut; Antes del atardecer de Linklater o El mismo amor, la misma lluvia de Campanella.
No sé muy bien con qué me sorprenderá esta nueva etapa, pero imagino que escribiré sobre otros temas, no necesariamente cinéfilos. Aunque debo reconocer que cada momento de mi vida yo lo imagino como una escena cinematográfica. Siempre. Todavía me falta llegar a la parte en que todo se acomoda y a la protagonista le empieza a ir bien en la vida. Pero esa es otra historia.
Acá estamos.
2 comentarios:
Me encanta que vuelvas a escribir!! Esperare ansiosa esos nuevos relatos entretenidos y tan bien contandos, que dan gusto leer. Deseo que a la protagonista empiece a irle bien en la vida...y nunca olvidemos que la realidad supera la ficción!
Gracias Mar!
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